sábado, 12 de abril de 2008

Solo para hombres.Cualquier semejanza con alguna realidad es mera coincidencia

Cuando tenía 14 años, esperaba algún día tener una novia.
Cuando tuve 16 tuve una novia, pero no había pasión.
Entonces decidí que necesitaba una mujer apasionada, con
ganas de vivir.
En la facultad salí con una mujer apasionada, pero era
demasiado emocional.
Todo era una emergencia, era la reina de los dramas, lloraba
todo el tiempo y amenazaba con suicidarse. Entonces decidí
que necesitaba una mujer estable.
Cuando tuve 25 años encontré una mujer muy estable, pero
aburrida. Era totalmente predecible y nunca la excitaba nada.
La vida se hizo tan plomiza que decidí que necesitaba una
mujer más emocionante.
A los 28 encontré una mujer excitante, pero no pude seguir
su ritmo. Iba de un lado a otro sin detenerse en nada. Hacía
cosas impetuosas y coqueteaba con cualquiera que se le
cruzara. Me hizo tan miserable como feliz. De entrada fue
divertido y energizante, pero sin futuro. Entonces decidí
buscar una mujer con alguna ambición.
Cuando llegué a los 31, encontré una chica inteligente,
ambiciosa y con los pies sobre la tierra. Decidí casarme.
Era tan ambiciosa que me pidió el divorcio y se quedó con
todo lo que yo tenía.
Ahora, a los 40, me alcanza con que
tengan las tetas grandes.

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